Activision Blizzard, que alguna vez fue un gigante de los juegos, enfrenta un escrutinio cuando su director ejecutivo, Bobby Kotick, se marcha en medio de acusaciones de prácticas poco éticas. Mientras Kotick elogia a Tencent y ByteDance, la dirección de Blizzard sigue siendo incierta. Los desarrolladores expresan su descontento y destacan la necesidad de un liderazgo ético en la industria del juego.